DÍA 27 - SE LLENAN DEL ESPÍRITU SANTO EN PENTECOSTES

  
Antiguo Testamento

"Aleteaba sobre las aguas en la creación" (Gn. 1,2)
"El Espíritu nos renueva por dentro" (Sal. 50, 11)
"Sobre un vástago del tronco de Jese se posará el Espíritu del Señor" (Is. 11, 2)
"El Espíritu del Señor está sobre Quien libertará al pueblo y a los necesitados "(Is. 61,1)
"El Espíritu del Señor da vida a los huesos secos" (Ez. 37, 5.9)
"Los profetas hablarán por el Espíritu" (Joel, 2, 28-32; Jer. 1, 4-11; Ez. 36, 26-38).

Nuevo Testamento

"Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen." (Hechos 2, 1-4)


ORACIÓN

Ya podría yo hablar las lenguas de los hombres y de los ángeles;
SI NO TENGO AMOR, no soy más que un metal que resuena o unos platillos que aturden.

Ya podría tener el don de profecía y conocer todos los secretos y todo el saber, podría tener fe como para mover montañas; SI NO TENGO AMOR, NO SOY NADA.
    
Podría repartir en limosnas todo lo que tengo y aun dejarme quemar vivo;
SI NO TENGO AMOR, DE NADA ME SIRVE.

El amor es paciente, afable; no tiene envidia; no presume ni se engríe; no es mal educado ni egoísta; no se irrita; no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad.
    
Disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin límites.
El amor no pasa nunca.*

Mamá, quiero ese AMOR
pídele al tu esposo, el Espíritu Santo,
que baje sobre mi
que me entregue ese AMOR
el AMOR de papá Dios
para que sea capaz de amarle,

ese es mi deseo
QUIERO AMAR SIN LÍMITES AL AMOR,
para eso he nacido.

* El comienzo de la oración pertenece a la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 13, 1-13 DÍA 27 - SE LLENAN DEL ESPÍRITU SANTO EN PENTECOSTES