Antiguo Testamento
"Por eso mi corazón se alegra y se alegra mi lengua;
también mi carne reposará segura,
porque no dejarás mi alma en el reino de los muertos,
ni permitirás que tu fiel vea corrupción." (Salmo 16, 9-10)
Nuevo Testamento
“¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí; ha resucitado. Recordad que ya os lo tenía dicho estando todavía en Galilea. Venid y ved el lugar donde lo habían colocado. Id pronto a decir a sus discípulos, y a Pedro, que ha resucitado” ( Mt 28,6-7)
"Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que por su gran misericordia nos ha regenerado con una viva esperanza de vida eterna, mediante la resurrección de Jesucristo..., para alcanzar algún día una herencia incorruptible, y que no puede contaminarse, y que el inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros” (I Pedro I, 3-4)
ORACIÓN
¡¡¡MAMÁ!!!!
¡¡¡¡HIJO MÍO!!!!
Te veo, mi amor
lleno de luz,
divino reencuentro
y salto a tu cuello
con mis hijos en brazos
y te lleno de besos
Y la luz que te brota del pecho
envuelve a mis hijos
de Ternura
de Amor
de Misericordia
Y los reconoces uno a uno,
los bendices,
los acaricias,
se llenan de vida
la que les diste y les devolviste
la que brota de tus llagas,
de Tu Corazón Sagrado,
hijo mío
Y Dejas que jueguen mis hijitos contigo,
que te toquen,
que suban por Ti
que metan sus dedos en Tus manos,
en tu pecho
que te hagan cosquillas
que se llenen de Ti
para que su corazón
no se olvide nunca
de que los amaste
y lo harás siempre
de que vendrás a buscarlos
y los resucitarás en cuerpo y alma
para vivir eternamente
en mis brazos
a Tu lado.
¡ALELUYA!