DÍA 17 / GETSEMANI - MAMÁ MARÍA CORREDENTORA

Antiguo Testamento

“¿Cómo está, pues, roto tu vestido y tus ropas como las del que pisa en el lagar?”. “He pisado en el lagar Yo sólo, y no había nadie conmigo. Los he pisado en mi furor, y los he ollado en mi ira, y su jugo ha salpicado mis vestidos y manchado toda mi ropa, porque estaba en mi corazón el día de la venganza, y llegaba el año de mis redimidos. Miré, y no había quien ayudara; me maravillé de que no hubiera quien me ayudara, me maravillé de que no hubiera quien me apoyase. (Is  63,  2-5)

Nuevo Testamento

En seguida Jesús salió y fue como de costumbre al monte de los Olivos, seguido de sus discípulos.
Cuando llegaron, les dijo: "Oren, para no caer en la tentación".  Después se alejó de ellos, más o menos a la distancia de un tiro de piedra, y puesto de rodillas, oraba: "Padre, si quieres, aleja de mí este cáliz. Pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya". Entonces se le apareció un ángel del cielo que lo reconfortaba. En medio de la angustia, él oraba más intensamente, y su sudor era como gotas de sangre que corrían hasta el suelo. Después de orar se levantó, fue hacia donde estaban sus discípulos y los encontró adormecidos por la tristeza.
Jesús les dijo: "¿Por qué están durmiendo? Levántense y oren para no caer en la tentación". (Lucas 22, 39-46)

ORACIÓN

Oraste por mi, Jesús,
parte de Tu angustia
parte de Tu Sangre
fueron por mi.

En el huerto de los olivos
recorriste el libro de la vida de todos,
uno a uno, hasta llegar a mi.
Cargaste con mi libro de la vida,
entraste de lleno en mi oscuridad,
en toda la ponzoña de mi existencia,
en cada uno de mis pecados.

Todo un Dios humillado en mis miserias,
La Pureza mezclada en mi fango
porque me amas, hasta morir.

Tú, Jesús, mi Jesús, el infinitamente sensible
me viste como estoy hoy, como fui ayer, como seré manaña
todo el daño que he cometido y cometeré
contra mi, contra mis hermanos
contra ti, contra papá, mamá y el Espíritu Santo
y eso cómo te duele, mi Jesús
¡Cómo te duele!

Tú, Jesús, mi Jesús, el infinitamente sensible
quisiste experimentar ese dolor
para llevarlo contigo, para alejarlo de mi
para que dejara de ser la pesada mochila
que me hunde y me ahoga
y no me deja vivir
"Tu dolor es mi dolor
tu sufrimiento es el mío"
y te hundías y te ahogabas
por mi, porque me amas.

Tú, mi Jesús, el mismo Dios hombre
necesitaste consuelo de ángeles,
oración y unión con tus elegidos
para decir "Que se haga tu voluntad papá"
y así poder salvar a [DI TU NOMBRE]
y lo hiciste, vaya si lo hiciste....

Y Tú, mi mamá, unida a Jesús
morías también gota a gota
cada dolor acompañado de un: "Que se haga tu voluntad papá"
y así poder salvarme
y lo hiciste, vaya si lo hiciste....

En vuestro dolor también me vísteis ahora, hoy,
meditando esta oración
pidiéndoos que me dejéis consolaros,
que deseo estar orando junto a los dos
velando junto a los dos
abrazándoos
recogiendo vuestra sangre,
con mis propias manos
y deciros LO SIENTO
y deciros GRACIAS
y deciros que OS AMO.

Quisiera prometeros que no lo volveré a hacer,
que no sufriréis de nuevo por mi
pero sabéis bien de qué materia estoy hecho,
soy tan frágil, tan débil,
os necesito
para volverme a levantar,
para volver a miraros
para volver a deciros LO SIENTO
para volver a deciros GRACIAS.
para volver a deciros:

JESÚS, MARÍA, OS AMO, SALVAD LAS ALMAS*

*Esta última frase, es un Acto de Amor. Jesús mismo se lo comunicó a Sor María Consolata Betrone, prometiéndole que cada Acto de Amor salvaría el alma de un pecador y que repararía mil blasfemias. Para quien quiera más información os dejo este enlace:
Sor Maria Consolata Betrone